Acerca del proceso de vacunación, Casas contó que la misma se lleva a cabo en plaza céntrica, bajo un gazebo, para permitir la circulación de aire libre entre el personal de salud y los pacientes y así, poder respetar el distanciamiento social.

“Cada frasco rinde 5 dosis, se coloca a 5 personas diferentes y, tras la corroboración de datos, las mismas deben permanecer en el lugar por un mínimo de 20 minutos para observar cualquier reacción adversa” expresó el facultativo y definió que, la segunda dosis de la vacuna sería aplicada a los 21 días de la primera dosis.

En contexto de pandemia, lo cierto es que una gran mayoría de la comunidad descree tanto el virus, como la vacuna. “La incredulidad de la comunidad es infundada o muchas veces causada por los medios de comunicación, los efectos que puede provocar la vacuna son los propios de cualquier otra como dolor local, aumento de temperatura, malestar general, artralgia (dolor articular), etc.” definió en la entrevista Casas.

Destacó la importancia de que la vacuna sea optativa, ya que hay muchas personas que no desean aplicársela. “Si usted no tiene bases científicas que avalen su opinión en contra de la vacuna, con estadísticas, porcentajes y demás no la desprestigie”.

En el hospital de Pirovano se vacunó a todo el personal de salud, exceptuando a mayores de 60 y madres lactantes. Sin embargo, algunos profesionales que prestan servicio en dicho hospital, pero provienen de otros lugares, prefirieron no aplicársela. Se priorizó a Pirovano e Urdampilleta.

Respecto al inicio de la campaña de vacunación para la población de riesgo, indicó que probablemente sea a mediados del mes de febrero.

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