“Nos encontramos a nivel global atravesando un momento disruptivo como es la emergencia de una pandemia que nos atraviesa en lo colectivo y en lo individual, provocando cambios en el desarrollo de la cotidianeidad”.

“Se trata de un acontecimiento que irrumpe, convocando a las diferentes instituciones a coordinar estrategias de Salud Mental y Apoyo Psicosocial (SMAPS), utilizando enfoques interdisciplinarios que den respuesta a la emergencia provocada por la propagación del COVID-19”. 

Además, la Licenciada explicó cual es el protocolo de contención psicológica ante esta situación especialmente en contextos de encierro, como el sistema penal. “No son ajenos a esta problemática y nos vemos convocados a la elaboración de estrategias interdisciplinarias a fin de abordar de forma integral la problemática emergente, conforme a los protocolos vigentes para el abordaje del COVID-19. Estrategias que tienden a proteger y promover el bienestar psicosocial y/o prevenir los trastornos mentales que pudieran surgir como consecuencia de la pandemia”.

Por último, detallo lo que se les ofrece a los internos desde su espacio y la importancia de ello. “Desde el abordaje de la salud mental, se realizan intervenciones de acuerdo a la demanda, tendientes a generar espacios de dialogo en los que pueda circular la palabra a fin de elaborar simbólicamente los afectos de angustia, ansiedad, tristeza, pánico, que emergen como manifestaciones subjetivas, producto del aislamiento, ausencia de contacto con el grupo familiar, el temor a enfermar y a morir, entre otros. Situaciones que provocan inestabilidad emocional, crisis de angustia que deben ser abordadas”.

El trabajo desde este espacio es considerado fundamental y valorado por los directivos de la cárcel que arbitran las medidas tendientes a reforzarlo.