El desastre del 13-4-93

Fue el viento el que hoy nos dejó sin nada

Un pueblo destruido

Una familia amargada

Los techos perdidos junto a galpones y tinglados

Cables que se han cortado

Luz no tenemos y hasta del agua no bebemos

Tenemos que cuidar porque dicen que se va agotar

Por la falta de corriente

Pero qué calidad de gente

La que habita en esta localidad

Porque en el momento de ayudar

Sobraban voluntarios

Y aunque era un solo comentario

Todos trabajaban sin descanso

Parando columnas, construyendo techos

Y lamentando los daños

Con cara de amargura

Esta el delegado que es prócer

Renovador de Urdampilleta

Pero un martes 13 la yeta

Un tornado detuvo sus ilusiones

Pero no afecto sus reacciones

Hablo por radio y televisión

Pidiendo ayuda en esta ocasión

Lo que el pueblo necesitaba

Y su palabra ha sido escuchada por que

Vienen chapas y cemento

Para construir en un momento las paredes caídas

Y volver así a dar vida

A estas calles desoladas

Y que con sus luces apagadas

Demuestran solo tristeza

Pero mantendremos la entereza

Para salir adelante

Sin que el dolor

Nos quebrante

Y afecte nuestros sentimientos

Porque todos juntos haremos

De nuestro pueblo y su gente

Un hermoso monumento

Hoy más que nunca es cierto

Que la unión hace la fuerza

Juan Carlos González

Miguel muy emocionado por las palabras de Juan Carlos y Oscar informo que estas palabras demuestran la realidad que vivieron.

Miguel comenzó contando que este desastre del tornado que azoto a Urdampilleta, comenzó a partir de las 18 horas donde la tormenta se avecinaba, llegando la mayor turbulencia junto a la lluvia.

Además González recordó que alguien le informo que se había caído el gimnasio y fue así que salió a recorrer y pudo observar postes caídos el desastre que se había producido. El pueblo había quedado incomunicado, pero Miguel pudo hacer una comunicación por un radio móvil con Hugo Sarnari y fue quien aviso a la ciudad de Bolívar lo ocurrido.

Los primeros días trabajaron día y noche desde delegación, junto a Cooperativa eléctrica y Bomberos, donde se acercó la gente a colaborar con el trabajo.

Con semejante desastre no debieron lamentar ninguna víctima, ni heridos, a pesar de la catástrofe que se vivió en ese año, con la destrucción de hogares.

En lo que respecta a la Cooperativa Eléctrica Oscar comunico que salió a recorrer con Miguel y viendo el panorama debieron dejar todo sin luz y a la mañana siguiente junto a los empleados formaron cuadrillas para salir a trabajar, donde tardaron en restablecer el servicio, pero a medida que pudieron dar luz por secciones lo fueron haciendo.

Desde el móvil de Antonella dialogaron con Maribe Yáñez, una damnificada del desastre, con mucha emoción contó que detrás de su casa tenía los tinglados de Vicente, los cuales se desparramaron en el patio de su casa y por el techo. A la familia Yáñez Aureano le llevo el lavadero y parte del techo de su casa, la carga de la casa se había ingresado al hogar, remarcando la gente solidaria del pueblo.

Maribe y Miguel recordaron que la localidad venía azotada de una inundación que aún no se habían recuperado. La situación del pueblo era complicado en todo orden.

Destacaron la fuerza de voluntad de la gente, para ponerse a trabajar sin pensar a quien le había tocado a cada uno, sin mirar colores políticos.

Ademas destacaron el trabajo que realizaron los bomberos voluntarios a cargo de Juan José Pérez en ese momento.